Los juegos de rol son como los juegos de indios y vaqueros o de policías y ladrones, sólo que un poco más sofisticados y gobernados por ciertas reglas sencillas. Son muy parecidos al teatro improvisado y se pueden asemejar a una narración colectiva.
Llevo tanto tiempo diciendo esto mismo (y algunas otras cosas más), que verlo ahora reflejado en una página del
Ministerio de Educación y Ciencia, casi consigue que se me salten las lágrimas.
De todo lo que dice, me voy a quedar con el siguiente párrafo:
Jugar al rol no es una afición más obsesiva que cualquier otra, simplemente involucra más a la inteligencia que la mayoría de los hobbies.
Vía Akin y Ctugha