A contraluz

Me encanta el teatro, aunque no tengo ocasión de ir con frecuencia. Y es una pena porque, por más que me esfuerzo, no consigo recordar ni una sóla obra en la que no hubiera al menos un pequeño detalle que me encantara. Claro que también puede ser que no me acuerde porque mi memoria es un completo desastre; tanto es así que no alcanzo a visualizar entre el barullo de mis recuerdos cuál fue la primera obra de teatro a la que acudí. Aunque muy probablemente fuese alguna representación escolar. Tuvo que ser en ese momento cuando descubrí mi gusto por el teatro, si no, no se explica que acabara en un grupo teatral algunos años después. Lo que sí recuerdo con claridad fue lo mucho que me gustó "El Mercader de Venecia".
Algo que he llegado a plantearme, si bien no he llegado a realizar, es desplazarme para ver alguna obra. Ya suele ser bastante cara la sóla entrada como para sumarle más gastos. Supongo que esa es la razón por la que va tan poca gente al teatro, incluida yo.