Sabiduría popular.
Quien juega con fuego, se quema.
Hartos estamos de escuchar esta frase (o alguna semejante; o alguna con coletilla tipo "más pronto o más tarde").
No creo que nadie ponga en duda lo certero de la apreciación y, sin embargo...
No hay manera. Somos incapaces de escarmentar en cabeza ajena, incapaces de no dejarnos seducir por la belleza del fuego. Y, al final, tal como se ve venir, quedarán sólo cenizas.
Y no, no soy yo la que se está quemando. Es sólo que me fascina observar la manera en que la gente se aproxima cada vez más al fuego, a sabiendas de lo que va a pasar, pero sin poder evitarlo.
Claro que si le pasó al mismísimo Merlín con Dama Morgan Le Fey, ¿qué puede hacer cualquier otro mortal?